GALIANA, PORTADA EN LA PRENSA DE URUGUAY
Galiana ya es portada en los medios nacionales de Uruguay. Su carisma y forma de ver el fútbol es diferente. Así abría el 3 de noviembre el diario Ovación, uno de los más prestigiosos del país.
José Emilio Riquelme Galiana, mantuvo un mano a mano
con Ovación. Y habló de todo. “Dirigir en el fútbol uruguayo es una
oportunidad”, dijo.
—¿Por qué aceptó dirigir en Uruguay?
— No me lo pensé dos veces. Lo tenía clarísimo. Era una
oportunidad que quizá no se me presentaría nunca más en la vida. No lo
dudé ni un segundo.
—¿Para un entrenador español, entonces, es un paso importante en su carrera?
— Pues mira… yo he tenido a futbolistas uruguayos
como compañeros. Conozco su historia, es un fútbol de prestigio, hoy su
selección está dentro de las diez mejores del mundo. ¿Cómo no va a ser
importante? Jugué con James Cantero, y cuando llegué al Elche, Mario
Saralegui jugaba en el primer equipo. Mira, para que sepas: antes de
decidirme tuve una oferta de un club español. Una oferta de tres años de
contrato, pero aquí estoy. Esta es una oportunidad que no podía dejar
pasar.
— ¿Cómo han sido estas semanas? ¿Se adaptó?
— Desde que hemos llegao ha llovido dos o tres veces
por semana. ¡En España llueve una vez cada tres meses! Me he empapao
casi todos los días. Ha sido tremendo.. pufff… ahora mismo, en Murcia,
en condiciones normales, podrías ir a la playa algún día de octubre o
noviembre. Hay 23 grados hombre… el clima ha sido terrible.
— ¿Vino preparado o lo tomó por sorpresa?
— No… por sorpresa no, porque antes de venir he
indagado en internet. Me fijé en las temperaturas, las máximas y las
mínimas. Me vine con ropa, traje dos abrigos, estaba preparado, pero no
imaginé tanta lluvia. Eso sí: hay una cosa que es muy diferente a
España: el sol pica más, pega mucho más, calienta mucho más. Cuando
sale, quema...
— ¿Por qué le dicen Riquelme?
— Pues es mi apellido…
— Dijeron que era su apodo... —No... no, para
nada. Lo que sucede es que cuando llegué al primer equipo del Elche ya
había otro Riquelme en el plantel. Y tú sabes. Por aquello de no tener
dos remeras con el mismo apellido, me inscribieron Galiana, que es mi
apellido materno, y no Riquelme. Pero mi nombre completo es José Emilio
Riquelme Galiana.
—¿En los datos de Wikipedia aparece como exjugador, pero no dice qué era? ¿Defensa, volante o delantero?
—Un diez, un enganche, por eso me gusta el buen
fútbol, que mis equipos sean ofensivos, que vayan al frente. Quiero que
el equipo sea protagonista. Lo llevo en la sangre.
— Le tocó debutar ante un grande, pero a puertas cerradas. ¿Siempre dirige así? Se lo vio muy participativo, muy activo durante los 90 minutos.
— Es mi forma de ser. Soy así. Así concibo el
fútbol. Mis jugadores están dentro del campo peleando por ellos, por mí,
por todos, y yo peleo por ellos fuera. Lo hago por convicción. Yo
siempre estoy con mis futbolistas. Les apoyo, les respaldo. Soy muy
cercano a mis futbolistas. Estoy igual en el entrenamiento que en el
partido. No cambio. Así lo vivo todos los días. Soy un entrenador que
está cerca de los futbolistas, que se preocupa por ellos, que se acerca.
— ¿Qué entrenador lo marcó? ¿Tiene un estilo o una escuela definida?
—Todos han dejado algo. Tomé de cada uno lo mejor.
Soy una persona que me autoanalizo. Pongo en tela de juicio todo lo que
hago. Bebemos de muchas fuentes, y en el aspecto de fútbol, defiendo lo
que llevo en la sangre. Fui enganche y es a lo que apuesto, claro,
muchas veces el rival no te deja hacer lo que pretendes.
— Como el sábado. Intentó, pero no pudo...
— Es que el Peñarol puede estar pasando un mal
momento pero tiene un equipazo. Y nosotros somos el IASA, somos un club
humilde, no un grande. Pasa en todos lados, pasa en todo el mundo. Es
muy difícil que el más débil se imponga ante un grande. Se puede, claro,
pero pasa una vez cada tanto…. Se da cuando el equipo más humilde da un
plus y los futbolistas logran hacer el mejor partido de su vida. Tiene
que ser un partido perfecto, o casi...
— ¿Qué diferencias nota entre el fútbol uruguayo y el español?
—Pues hombre… a ver… cuando uno es entrenador no hay
diferencias. El fútbol se ha globalizado de tal manera que todo va de
la mano. Aquí, en España o en donde sea. Cada liga tiene su juego, su
perfil, pero el fútbol es el mismo.
— ¿Se acostumbró a la ciudad, a Montevideo?
— Me he acostumbrao fenomenal. La gente es muy
afable, excepcional, encantadora. Montevideo es una ciudad muy bonita…
la rambla… nos parecemos muchos españoles y uruguayos.
— Menos en el mate…
— ¡Hombre! por supestísimo… Mira, nos resulta
curioso veros con el termo y mate en todos lados. El otro día me pareció
gracioso ver a un hombre cargado a tope en el supermercado pero el tío
no largaba ni el termo ni el mate. ¡Como si no tuviera bastante ya en
las manos! Nos pareció increíble.. pero ya sabemos que es su
idiosincrasia, y ya nos acostumbramos. Lo vemos a diario con los
jugadores. El mate es uruguayo.
— ¿Cuál es el desafío? ¿Clasificar a una Copa? Sumar...
— Es un desafío, una oportunidad. Lo primero, es
ganar. Yo soy un tío muy optimista, pero mi optimismo no me aleja de la
realidad, me gusta minimizar los problemas. Soy de los que no veo como
la botella medio vacía ni me paro a pensar en lo que no tengo, al
contrario yo siempre miro lo que tengo y de dónde puedo partir. Soy de
la botella medio llena...
Se vino "de un día para otro", y dejó a su esposa e hija.
"Gol de @iasaoficial ! Ánimo chicos y @Galianacoach Desde España estamos pegados a la televisión", escribió en su cuenta de twitter Sol Segura Abat, la esposa de José Emilio Riquelme Galiana desde España.
"Me llamaron de la SAD y me dijeron vente ya. Y armé
el equipaje y vine sin pensarlo dos veces. Llegué antes de jugarse el
encuentro ante el Nacional, y no sabía que había un entrenador vigente.
Ya lo dije cuando llegué: si de alguna manera Julio Fuentes se sintió
ofendido, le pido disculpas, no estaba al tanto de nada", dijo Riquelme
Galiana apenas pisó Montevideo y se encontró con la salida del
entrenador, aún al frente del plantel principal de Sud América.
Riquelme Galiana armó su equipaje y emprendió el
desafío más importante de su carrera. Tuvo que dejar a su esposa y a su
hija Martina (de tres años) en la Madre Patria.
"No ha sido fácil, pero ella (Sol Segura) es
periodista de radio y televisión. Es presentadora en los informativos, y
no puede dejar su actividad así como así. Y la pequeña, bueno... debe
estar allá con su madre. Estamos en permanente comunicación, claro, hoy
es todo mucho más fácil, se hace todo más llevadero, pero se les
extraña, claro. Dejé mi vida en España de un día para otro, y a ellas
también", dice Riquelme.
Llegó a Uruguay con su colaborador Manolo Sánchez y le hace su estancia más llevadera en Montevideo.
"He salido poco, pero me ha encantao. Pocitos...
ufff es muy bonito todo, y la gente es muy afable, por cordial, nos han
hecho sentir como en casa", dice el entrenador español que tomó el
desafío de dirigir a la IASA, tras el cambio de gerenciadores.
Se define como un hombre pasional, auténtico,
sanguíneo, y esa ha sido siempre su carta de presentación. En cada club
que estuvo, dejó su huella. "Para bien o para mal. Soy frontal y jamás
permitiría que me impongan a tal o cual jugador. El día que pase, que me
echen", dice con total seguridad.
Hoy, el primer objetivo es afrontar los últimos
cinco partidos del Uruguayo Especial de la mejor manera posible, y
después, sentarse a hablar con la directiva y el grupo gerenciador para
planificar la próxima temporada. Plantel, altas, bajas, pretemporada, y
poder plasmar el juego que pretende Riquelme. "Me gusta el fútbol
ofensivo, lo llevo en la sangre, quizás por haber sido enganche. Quiero
que mis equipos sean protagonistas, que vayan al frente", admite sin
tapujos.
Lejos de su Murcia natal, a miles de kilómetros de
Sol Segura y Martina, trabaja con la mente puesta en el próximo desafío:
Fénix.